jueves, 28 de mayo de 2009

La multinacional petrolera Shell y la represión a la resistencia Ogoni en el delta del Níger

Shell, acusada de complicidad en el asesinato de un activista en Nigeria

La multinacional petrolera angloholandesa Shell se enfrenta estos días en Nueva York a un juicio en el que se la acusa de complicidad en la tortura y muerte de Saro-Wiwa, además de las de otros ocho activistas medioambientales, ordenadas por el gobierno nigeriano en 1995. El hijo y el hermano de Wiwa acusan a la empresa de violaciones de los derechos humanos en el delta de Nigeria, una zona especialmente rica en petróleo. La compañía lo niega.

Saro-Wiwa fue ahorcado en 1995 después de que un tribunal militar lo condenase sin haberle dado derecho a una defensa ni apelación, informa el diario The Independent. Ya entonces, Shell se enfrentó a una avalancha de protestas y Nigeria fue expulsada de la alianza de países Commonwealth. El entonces primer ministro británico, John Major, calificó la muerte de Wiwa como un "asesinato judicial".

Después de más de una década, Shell se enfrenta a esa acusación de complicidad en la tortura y asesinato de los activistas, todos ellos de la etnia Ogoni, y de haber conspirado después con el gobierno militar Sani Abacha para reprimir violentamente las protestas de los Ogoni.

Extraído de: ELPAÍS.com - Madrid - 26/05/2009
Véase también:
www.ecologíablog.com - Shell acusada de complicidad en torturas y asesinato de Ken Saro-Wiwa, activista medioambiental nigeriano





La tierra de los ogonis después de la Shell

Un informe publicado el jueves por la organización británica International Crisis Group advierte del riesgo que corre el proceso de paz en la tierra de los ogonis, el mayor esfuerzo de paz realizado desde los años 70, para conseguir la estabilización de la rica región petrolífera del Delta del Niger si no se tiene en cuenta las reivindicaciones de las comunidades locales. "Para asegurarse de que no aparecerán nuevos roces entre los ogonis y la compañía sucesora de la Shell y el resto de las compañías que operarán en un futuro, se debe implementar un programa comprensivo de consultas con las comunidades locales para tratar los temas pendientes relacionados con la producción petrolífera en este área, incluida la protección del medio ambiente y la distribución de los beneficios", se afirma en el informe.

La nueva situación en el Delta del Niger surge tras la histórica decisión del Gobierno de Nigeria, del pasado 4 de junio, de reemplazar la concesión de las operaciones de la compañia anglo-holandesa Shell en la tierra Ogoni, u Ogoniland. Esta decisión fue acogida con entusiasmo por los ogonis, que consideran esta nueva medida una victoria tras décadas de lucha no violenta de las comunidad locales contra la compañía multinacional, que operaba en la zona desde 1956.

En aquel entonces el presidente Umaru Yar’Adua anunciaba la decisión con estas palabras: "Para finales de año otro operador asumirá los intereses de Shell Petroleum en Ogoniland. Hay una total pérdida de confianza entre Shell y el pueblo Ogoni. Nadie gana nada con el conflicto y el estancamiento, así que se trata de la mejor solución".

Sin embargo, el reciente anuncio del Gobierno de que la concesión de la explotación petrolífera pasará a manos de la Nigerian Petroleum Development Company (NPDC), una filial subsidiaria de la compañía estatal nigeriana Nigeria Nacional Petroleum Comporation (NNPC), no ha sido bien acogido por los ogonis que consideran que el hecho de que sea una compañía estatal la que decida, de una manera unilateral, quién operara en la zona puede poner en peligro el cumplimiento de sus reivindicaciones.

Según algunos analistas de la industria extractiva las nuevas concesiones de explotación podrían ir a Addax Petroleum de Canada, aunque otros dijeron que a compañía rusa Gazprom. Entre otras grandes compañías, además de Shell, que hasta ahora operaban en el Delta del Níger están la Chevron, Elf, Movil, Texaco y Agip.

La región del Delta del Niger cuenta con unos 5.000 kilómetros de oleoductos y gaseoductos y de esta zona se extraen unos 500.000 barriles diarios, la cuarta parte de la producción petrolífera del país.

En un informe de Human Right Watch sobre la degradación medioambiental que supone la explotación petrolífera en el Delta del Niger, del año 2002, se aseguraba que la quema de gases provenientes de la producción de petróleo emite 35 millones de toneladas de dióxido de carbono y 12 millones de toneladas de metano al día.

Los ogonis se hicieron conocidos internacionalmente en la época del general Sani Abacha, cuando en noviembre de 1995, Abacha decidió ejecutar a 9 activistas ogonis, entre ellos al escritor, poeta y fundador del MOSOP, Ken Saro Wiwa, que en sus escritos y poemas arremetía contra los daños irreparables que suponían las llamaradas continuas de gas 24 horas al día durante más de 50 años, las fugas de gases altamente tóxicos en la salud de los comunidades locales, la contaminación de los ríos y tierras, la polución generalizada y por tanto el deterioro de las tierras cultivables, calificándolo de auténtico genocidio contra su pueblo.

Saro Wiwa , y su movimiento MOSOP, además exigían que su pueblo se beneficiara de las riquezas que generaba el petróleo extraído de sus tierras.

Pronto surgieron reivindicaciones parecidas de otros grupos como el Consejo de la Juventud ijow, el MORETO (Movimiento para la Reparación de los Ogbia) o el más reciente MEND (el Movimiento de Emancipación del Pueblo de Nigeria) que se han hecho internacionalmente famosos por el secuestro de personal de las compañías petrolíferas y el asalto a las instalaciones, para reivindicar sus derechos.

En el informe publicado ayer ICG sugiere que se firme un acuerdo en el que queden claramente detallado cómo y en qué proporción se reinvertirán los beneficios petrolíferos en la tierra Ogoni; qué medidas concretas socio-económicas se tomarán para renovar las infraestructuras e incrementar la formación y el empleo local; que se precise el proceso de control de los niveles de polución y que se determine las reparaciones o compensaciones por los vertidos petrolíferos y otros daños medioambientales; que se implemente un compromiso claro por parte de los líderes de las comunidades en el que se garantice la seguridad del personal de las compañías, de las instalaciones y de sus equipos.

También considera necesario que se aplique un programa, creíble y efectivo, con la PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y los líderes ogonis para limpiar los viejos pozos y para garantizar el pago apropiado como compensación a los daños medioambientales a todas las comunidades afectadas por la polución y la degradación de sus tierras.

Extraído de: www.rebelion.org - Mundo Negro - 22/09/2008

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