Cannibal Tours es un documental etnográfico rodado por el director australiano Dennis O'Rourke en 1988. O´Rourke presenta en este film la relación que se produce entre unos turistas occidentales y una tribu de Nueva Guinea en 1977. Construye el film en una mezcla de estilos y con un cierto énfasis en la entrevista a los dos colectivos. Utiliza la contraposición turista—nativo en la construcción y montaje del film; se ve una continua yuxtaposición de esos dos elementos quizás para lograr un efecto remarcado de polaridades opuestas (ellos y nosotros). También se persigue la visión histórica al intercalar en la época actual fotografías del tiempo colonial representando a nativos y colonizadores en sus primeros encuentros; nos muestran imágenes de nativos en blanco y negro con sus escarificaciones y sus vestidos. Pero aquella época histórica ya ha pasado y ahora la película es en color. Así se construye la representación histórica “pasado–presente–futuro” en el momento del montaje del film. El documento gráfico (fotografía antigua) nos muestra el pasado que fue y que no volverá (aquellos caníbales de antaño) mientras que este tour de turistas, no es más que una representación del mito del caníbal a la manera de los parques temáticos posmodernos (Cannibal Park) aunque la vuelta hacia el pasado es imposible, ficticia y a veces peligrosa.
Con la cámara al hombro O´Rourke persigue a “sus actores” por la selva interrogándoles sobre el pasado y sobre el futuro:
- El “turista–viajero del parque temático mundial” pretende descubrir—¿o quizás construir? — la autenticidad de la vida salvaje y primitiva: el caníbal es algo exótico y original.
- Los “nativos–ex primitivos” quieren ganar dinero con los turistas vendiéndoles el fantasma del paraíso perdido, para poder comprar pantalones y camisetas.
Ambos tipos de actores están interpretando sus papeles lo mejor que saben. La seguridad ontológica que les dan sus respectivos roles les dificulta, sin embargo la traumática “salida de la rutina diaria” que requiere la aproximación al otro. Así que permanecen en su papel, que es donde están más cómodos.
Pero la película está construida de manera que incita a la reflexión sobre el ”rol” que el occidental cumple como turista, y el “rol” que el nativo cumple como primitivo. El turista (que regatea por la artesanía en su papel de turista ) trata de capturar con su cámara a los nativos y paisajes más auténticos, exóticos, primitivos. Su mirada esta saturada de toda la literatura y films de viajes y aventuras que son el paradigma en que enmarca su conocimiento del medio natural, salvaje y del hombre primitivo. Si el tour-operador le ofreciera una ceremonia caníbal clandestina iría a ella sin dudarlo. En algún sentido recuerdan a Osa Johnson por las tierras altas de Papua - Nueva Guinea buscando sus auténticos caníbales y cazadores de cabezas salvajes. La reflexión que surge de la visión y el discurso del nativo deriva hacia otros temas: el colonialismo, la aculturación, la globalización, la independencia política y económica (una foto dos dólares).
Además, O´Rourke intercala las fotografías antiguas del tiempo en que los alemanes eran la potencia occidental colonial, con entrevistas en las que el nativo habla de los tiempos antiguos en que se cazaban cabezas, se robaban mujeres y se guerreaba a placer con las otras tribus. Eso era antes de la llegada de los misioneros del gobierno (ahora ya no hacemos nada de eso) También se sugiere en las entrevistas el futuro incierto, la procedencia de los blancos (no sabemos de donde vienen) y del dinero— ¿por qué no podemos regatear en las tiendas cuando compramos y en cambio ellos regatean constantemente?—
O´Rourke ha estructurado las entrevistas de las siguientes maneras:
- El entrevistador queda oculto y en ningún momento se le ve ni se le oye. El sujeto entrevistado esta frente a la cámara (cabeza parlante ) y suelta su discurso sin interrupción ninguna (pseudomonologo) Parece un trozo de película cortado de una toma más larga. Cuando el nativo o el turista hablan en su lengua , el discurso esta traducido en subtítulos al inglés. Hay muchas entrevistas a nativos así que la balanza queda equilibrada en la importancia que se otorga a ambos protagonistas. La jerarquía de control de la entrevista clásica queda así muy diluida aunque a veces no deja de ser el testimonio del informante nativo en una estructura determinada en más de un sentido. El testimonio de los nativos sobre los efectos del colonialismo sobre sus creencias y costumbres es sobrecogedor, no tanto por ser poco conocido sino por ser contado de primera mano por los protagonistas. En momentos me ha recordado a los testimonios de los supervivientes del holocausto judío.
- Las entrevistas a los turistas (como haciendo una contraposición) están estructuradas de otras maneras diferentes. En general la cámara sigue al turista en su “tour” por el poblado y a veces interactúa con él haciéndole preguntas. Otras veces sale como “busto parlante” contando los motivos por los que ha ido al tour. El tema recurrente es el canibalismo. En el mejor de los casos surgen de la entrevista preocupaciones culturales. Este pseudomonologo del turista entrevistado esta acompañado de otras formas de entrevistas; por ejemplo se entrevista a un grupo en la cubierta del barco y participan todos según van surgiendo los temas de conversación ( la vida caníbal opuesta a la vida europea) Otra vez se filma a un turista que a su vez esta filmando el poblado nativo mientras hace comentarios (a la manera expositiva) para registrarlos en su grabación. Esto último es indicativo de la peculiar mirada del realizador.
- El realizador hace preguntas en la entrevista, bien a un turista, bien a un nativo, sobre aspectos concretos. Aquí la autoridad del realizador está más realzada, aunque ciertos detalles nos permiten suponer que todos los tipos de interview se han hecho con un motivo determinado. En un momento muy gracioso, entra en el encuadre una turista “de la tercera edad” sacando fotos del realizador y del entrevistado( en este caso un nativo ) lo que introduce a la reflexión sobre la epistemología de la representación de la realidad.
Todas estas formas de realizar las entrevistas introducen a mi modo de ver también a una reflexión sobre el papel de la entrevista en el documental y al problema de la autoridad de la figura del entrevistador. La impresión que se crea en este film es que O´Rourke no dirige las entrevistas sino que estas son fruto de la casualidad.
En otra toma muy significativa se muestra a los turistas en una fiesta a bordo del barco que les ha traído a la isla, vestidos y pintados como los primitivos, bailando a lo occidental y sacándose fotos. Lo que más se aproxima en su ideario a un primitivo es la figura del boxeador que componen para las cámaras. La construcción del “primitivo” por el occidental es un asunto antropológico de gran calado en el que no entraremos.
La banda sonora del film es un gran logro del montaje. La música de Mozart, las flautas indígenas, los sonidos constantes de los obturadores de las cámaras fotográficas al ser accionados, el motor de las filmadoras, la grabadora de sonido del turista alemán, la radio sintonizando emisoras están así montados en el film, para provocar algún efecto sobre el espectador. Nada es gratuito. Hasta el espectador más inadvertido nota que algo chirría en partes de esta película. No hay una narración que le explique lo que esta ocurriendo con lo que la mayor parte de lo que ve, le obliga a una interpretación. La cámara del realizador se dirige muchas veces cuando filma a los turistas al acto de la toma de fotografías y filmaciones y grabaciones de sonido. Esto, a mi modo de ver, demuestra un interés especial por parte del realizador. Todo este despliegue de tecnología del turista le aleja del sujeto al que quiere conocer. Establece una barrera ( a mi modo de ver ) con la realidad a la que se quiere acceder. Esta barrera tecnológica también lo protege del otro, actúa en ambas direcciones. En una escena, un grupo de turistas se fotografía con unos niños indígenas. Acércate un poco más a los niños, le sugiere uno. No, es suficiente, le responde el sujeto fotografiado rodeado ya de niños. Nos queremos acercar al otro. Si, pero ¿hasta donde? Hay un límite en esa aproximación al otro.
En este sentido se puede pensar que esta situación privilegia la visión del nativo que no tiene que esconderse tras un cámara. Cuando se viste de “primitivo” y ejecuta unos bailes, cobra un dinero y eso es todo.
El rol del turista es algo que a un occidental no le extraña, así que por ese lado puede identificarse bien con el papel. Pero, ¿por que nos dan dinero por las fotos? se pregunta el nativo. ¿Por que dan dinero en la casa de los espíritus y no en el poblado? Parece que el nativo no ha asumido que puede cobrar por actuar como “primitivo” Todavía no ha entrado en la lógica del star-system de Hollywood (una foto dos dólares).
El espectador que oye a la vendedora de tallas de madera nativa quejarse durante un buen rato de que no sabe de donde sacan el dinero los turistas puede hacerse una reflexión sobre el significado de la economía en estos “juegos de rol” de turistas y ex-primitivos. En efecto aquí introduce el autor un asunto espinoso con solo recalcar (más minutos de metraje) las pequeñas transacciones económicas que realizan estos sujetos comprando y vendiendo “souvenirs” Aquí hay una analogía fácil de hacer para el espectador inocente, desprevenido por la subversión que intenta sugerir O´Rourke a su cabeza.
Así que con el pretexto de los caníbales están saliendo en el film multitud de aspectos insospechados, hábilmente sugeridos y montados. La cuestión del colonialismo, la globalización, la desigualdad social, la construcción del otro surgen en cada rincón del film. No es una propuesta vanguardista y apta solo para elites (modalidad reflexiva estilística) sino que esta película es “para todos los públicos” y se convierte en una reflexión etnográfica por la manera en que esta concebida; sin grandes pretensiones se convierte en un clásico.
Extraído de: http://es.wikipedia.org/wiki/Cannibal_Tours
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